Formación adecuada y permanente

Con la información se reduce la ignorancia cognoscitiva.
Con la formación se reduce la ignorancia personal. (Spinsanti).

El mundo de la salud es muy complejo, problemático, desafiante y dinámico en sus aspectos estructurales, técnicos, económicos, bioéticos, humanísticos, espirituales y relacionales. En él, además, aparecen la finitud y las zonas oscuras de la existencia humana.

El agente pastoral ha de formarse a título personal y en equipo. Ha de superar la pereza intelectual. He aquí la temática que proponemos:

A nivel antropológico

  • La persona humana, su sacralidad y dignidad.
  • La finitud, vulnerabilidad y muerte.
  • El autoconocimiento. Necesidades, valores, motivaciones, ideales, sentimientos… en la persona del agente y del enfermo.
  • Las actitudes sanas. Destrezas y habilidades.

A nivel psicológico

  • Psicología de la persona enferma y en sufrimiento.
  • Las claves de la comunicación y relación de ayuda.
  • Psicología y pastoral en situaciones críticas: adicciones, suicidio, agonía, duelos…
  • Salud mental y sus nuevas patologías.

A nivel ético

  • El valor intangible de la vida de la persona desde su concepción hasta su muerte natural.
  • Desafíos de la bioética relacionados con el inicio, desarrollo y final de la vida humana.
  • Desafíos éticos de la tecnociencia.
  • ¿Qué es un comité de bioética?

A nivel teológico

  • La Trinidad como comunidad saludable y salvífica.
  • Jesús sano, saludable, sanador, saneador y salvador.
  • La vida, corporiedad, salud, enfermedad, sufrimiento, dolor y muerte a la luz de la encarnación, pasión, muerte y resurrección de Jesús.
  • María, salud de los enfermos, modelo saludable.

A nivel bíblico

  • Teorías veterotestamentarias sobre el mal-sufrimiento
  • Estudio sobre el libro de Job y salmos.
  • ¿Qué dice Jesús sobre el mal-sufrimiento? Sus palabras, gestos y curaciones.
  • Análisis del estilo relacional-pastoral de Jesús en su encuentro con los enfermos.

A nivel eclesiológico-pastoral

  • La historia bimilenaria de la Iglesia en salud.
  • Iglesia: comunidad – comunicación – comunión sanantes. Liturgia y sacramentos.
  • Estudio de los planes pastorales de la Conferencias Episcopale y delegación Diocesana, así como de los documentos de la Iglesia relacionados con la salud.
  • Ecumenismo en salud.

A nivel de salud

  • La salud, su promoción y prevención.
  • Salud como derecho y deber de la persona.
  • Todos somos agentes de salud.
  • Salud y humanización. ¿Qué es un comité de humanización?

A nivel sociopolítico – sanitario

  • Realidad de la salud en el país.
  • Políticas nacionales de salud.
  • Conocimiento de la labor de instituciones no gubernamentales.
  • Participación de los católicos en los organismos de salud.

Con un sano estilo de relación de ayuda

Se aprende de la teoría y de la práctica.
Se aprende de los éxitos y de los fracasos.
Se aprende sólo y en equipo.
Se aprende mirando afuera y adentro.

Para que la acción ministerial sea humanizadora y evangelizadora en el mundo de la salud necesita una adecuada capacitación o aprendizaje. De tal manera que hoy tendríamos que hablar de la especialización relacional de los agentes de pastoral de la salud.

¿Qué es la relación de ayuda pastoral? Es una disciplina o saber que pretende educar pedagógicamente y optimizar la competencia relacional en el encuentro de un agente pastoral con el enfermo, con su familia, con los profesionales de la salud…

La relación de ayuda pastoral involucra a toda la persona del agente y tiene en cuenta:

  • La capacidad de reflexionar teológicamente sobre la propia experiencia pastoral.
  • La adquisición de un sentido de identidad y de satisfacción en el ministerio.
  • El sano contenido antropológico y doctrinal.
  • Las motivaciones personales que han de ser transparentes.
  • El cultivo y explotación de las actitudes personales.
  • El manejo positivo de los sentimientos.
  • La integración de las zonas oscuras de la propia existencia humana.
  • La convivencia saludable con las impotencias y negatividades.
  • La relación empática ante las emociones de quien sufre.
  • La potenciación de las habilidades y destrezas.
  • El perfeccionamiento de la escucha activa, superando sus obstáculos.
  • El uso correcto de la confrontación empática como método de generar procesos de crecimiento sanadores.
  • El respeto por el recorrido interior del enfermo.
  • El gastarse pero no desgastarse.

El sano estilo de relación de ayuda pastoral se consigue no solo con la reflexión teórica sobre la propia identidad personal o el propio hacer ministerial sino con un aprendizaje práctico desarrollado junto a otros agentes pastorales en trato directo con situaciones ordinarias de la pastoral de la salud, posteriormente evaluadas por un supervisor competente.

Será muy conveniente utilizar las técnicas de la educación pastoral clínica.

  • Encuentros clínicos donde se evalúa grupalmente la actuación concreta y personalizada del agente en su encuentro con los enfermos o en otras situaciones (liturgia, animación, duelos…), analizando sus aptitudes y actitudes, sincerándose con sus dificultades.
  • Encuentros de relaciones interpersonales para que el agente conjuntamente con los otros compañeros analice sus propias deficiencias comunicativas y potencie creativamente su arsenal relacional que lo ayudarán a la hora de afrontar los problemas.
  • Encuentros didácticos donde se imparten conferencias por parte de expertos.
  • Lecturas seleccionadas ad hoc.
  • Diálogos personalizados con el supervisor.

Gastarse pero no desgastarse

Hoy es común escuchar de estrés, de desgaste, de agotarse, quemarse o desfondarse. En lengua inglesa lo llaman burn out (Compañeros de Viaje. El enfermo y su cuidador, Luciano Sandrin. San Pablo, Madrid, 2000, pp. 117-125).

Que el enfermo sufre y se desgasta es evidente, pero también la familia del enfermo, los profesionales, voluntarios y agentes pastorales pueden desgastarse. El contacto con el mundo del dolor y sufrimiento constituye ciertamente un terreno de riesgo para el desgaste.

No obstante, hay que señalar que propiamente son las relaciones humanas inapropiadas la fuente del desgaste. Así, en no pocas ocasiones, desgastan más las malas relaciones interpersonales del personal entre sí o con la institución, y la deshumanización de la estructura hospitalaria que el encuentro mismo con el enfermo.

Las personas con desgaste sufren una alteración disfuncional en todas y cada una de sus dimensiones: física, emocional, intelectual, social, valórica y espiritual.

¿Cómo se conoce?

Algunas personas en su actividad ordinaria presentan estos síntomas:

  • Cansancio permanente
  • Desgano, desmotivación, desilusión, ansiedad.
  • Pérdida de la confianza en las propias capacidades.
  • Se pierde el sentido del accionar.
  • Se duda de la vocación.
  • Nerviosismo frecuente.
  • Agresividad en las relaciones. Reproches.
  • Frialdad en el trato.
  • Rechazo a la gente. Aislamiento social.
  • Sentimiento de sobresaturación y paralización.
  • Indiferencia ante problemas.
  • Sentirse no reconocido ni valorado.
  • Cuesta trabajar en equipo.
  • Se rechaza la organización y planificación.
  • Abruma el desequilibrio entre exigencias y resultados.
  • Molesta la falta de respuesta de los asistidos.
  • No dejarse ayudar.
  • Frecuentes somatizaciones.

Obviamente, el desgaste no aparece de la noche a la mañana. Tiene un recorrido previo. ¿Qué debe hacer el agente pastoral? ¿Tirarlo todo por la borda? Obviamente que no. Se aconseja:

  • Detenerse para una autoevaluación.
  • Tomar conciencia del propio desgaste.
  • Pedir ayuda.
  • Cuidarse para cuidar.
  • Alimentarse adecuadamente. Dormir y descansar.
  • Reducir tiempos y tareas.
  • Planificar horarios y responsabilidades, también más comunitariamente.
  • Cambiar de servicio o tareas.
  • Asumir que las relaciones humanas hay que controlarlas y monitorearlas.
  • Analizar el propio estilo de relación de ayuda. Pasar de la simpatía a la empatía relacional.
  • Convivir positivamente con lo negativo.
  • Pulir las motivaciones.
  • Acudir a la red de vínculos sanos.
  • Alimentar la espiritualidad
    – la vida de oración
    – la participación sacramental
    – la vinculación con la comunidad
    – la iluminación de la palabra de Dios.
    – la dirección espiritual
  • Superar el mesianismo

Hay que gastarse y retroalimentarse. Gastarse sí; desgastarse, no.

Con creatividad en los espacios pastorales

Según el Espíritu Santo les sugiera… (San Camilo).

Si el amor es creativo, el amor samaritano es muy creativo (cfr. Lc 10,25-36).

La pastoral de la salud es tan dinámica y amplia como el mundo de la salud y la vida misma del hombre enfermo.

Sus espacios pastorales pueden abordar:

  1. La humanización y mejor trato al enfermo.
  2. La defensa de los derechos de los enfermos.
  3. La visita pastoral, catequesis, sacramentos, liturgia…
  4. La promoción y prevención de la salud, don de Dios.
  5. La participación en instituciones solidarias (donación de sangre y de órganos, ONGs, etc.).
  6. Los grupos de mutua ayuda.
  7. La atención a enfermos más pobres y desatendidos; y las nuevas marginaciones.
  8. Los comités de bioética y los comités de humanización.
  9. Los centros de formación en pastoral de la salud.
  10. Los medios de comunicación social.
  11. Las asociaciones de voluntariados.
  12. El ecumenismo en salud.
  13. La pastoral del duelo.
  14. La Jornada por la Vida.
  15. El Día del Enfermo.
  16. La publicación de bibliografía en pastoral de la salud.
  17. La red solidaria de pastoral de la salud.
  18. Servicio sacerdotal de urgencia.
  19. Teléfonos de la esperanza (prevención del suicidio).
  20. La asociación de profesionales cristianos en salud.
  21. Las asociaciones cristianas de enfermos.